jueves, 23 de febrero de 2017


CRECIMIENTO DE VIDA:

LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Voy a confesar algo que hice mal. Cierto que no fue un crimen ni nada que se le parezca, pero no estuvo bien.

Resulta que una mañana de tantas llevaba a mi hijo de dos años y medio a la guardería cuando, al llegar al vestíbulo del portal, eché un vistazo a mi buzón y me percaté de que había algo. Cogí la llave y lo abrí; y lo que encontré fue publicidad; un folleto enorme y doblado.

Entonces apareció una voz y me susurró: “Si devuelves la publicidad a tu buzón, cuando vuelvas, ¡tendrás que abrirlo de nuevo, subirlo por las escaleras y echarlo a la papelera de tu casa! ¡Madre mía! ¡Qué pereza da eso! Mejor aprovecha y deshazte de él ahora mismo. ¡Enchúfale la publicidad a un vecino!”.

Sí. Lo confieso. Lo hice. Escogí uno al azar y arrojé en él el folleto. Reconozco que en ese momento la seductora voz se dibujó en mi mente como un demonio sonriente. Pero entonces, ocurrió algo. Escuché otra vocecilla. Era la de mi hijo de dos años y medio. Este sostenía un folleto idéntico al de la publicidad de la cual me había escaqueado. Lo había recogido del suelo. Mi hijo me miró con los ojos bien abiertos tendiéndome el folleto y dijo:

_ ¡Toma papá! ¡Otro!

Bien. La voz demoniaca apareció de nuevo aunque, esta vez, la neutralicé con una simple sonrisa. Sí, me reí, porque alguien o algo me estaba dando una segunda oportunidad. Así que cogí a mi hijo de la mano, abrí la puerta del portal y lo conduje hasta una papelera donde arrojamos el FOLLETO.

Bueno, a veces sucede. Sí. Ocurre que de repente se abren ventanas de oportunidades para rectificar, para ser mejor personas. Es cierto que de nada sirve fustigarse por ciertos deslices, pero ¡claro!, si eres unos de esos agraciados a los que se les brinda la gran oportunidad de demostrar que HAS APRENDIDO; ¿no la vas a aprovechar? ¡Piénsalo!

Por cierto, perdona vecino, si entonces no sospechaste, ahora seguro que me has pillado J

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