martes, 7 de marzo de 2017


Mis reseñas:

“Las  horas distantes”. Kate Morton. Editorial SUMA. 2012.

“La magnificencia de un rayo lo maravilló. Por unos instantes una luz plateada alumbró el mundo que lo rodeaba – una gran maraña de árboles, un pálido castillo de piedra en lo alto de la colina, el sendero serpenteante que se abría entre los campos temblorosos-, luego todo volvió a teñirse de negro”.

Como lector:
Me he entretenido. El libro me ha transportado a Londres y a la campiña inglesa, y un sutil aroma a Cumbres Borrascosas me ha venido a la memoria (eso sí, no más allá de “sutil”)
Misterio familiar. Varias generaciones. Castillo incluido. Historia de amor (no cursi) y un enigma por resolver.
El libro tiene su largura, y quizás no me ha llevado a la velocidad que me hubiese gustado, pero mantiene el suspense y el final está bien resuelto. En las últimas páginas el ritmo se acelera, el nudo se desata y (más o menos) todo se resuelve. “Las horas distantes” pueden estar bien para unas vacaciones (eso sí, por lo menos de dos semanas  J)

Bien es cierto que en mi opinión no es una obra maestra y que las obras de Kate Morton comienzan a “saber” a lo mismo (historia familiar con intriga con varias generaciones de por medio y solución del misterio al final) Es como leer en varios libros la misma historia pero con diferentes lugares y personajes. También ocurre con Kent Follett y las obras que han seguido a “Los Pilares de la Tierra”. En fin, para quién le guste, pues perfecto, porque no es mala escritora. Eso sí, yo, por mi parte, tardaré bastante en leerme algo suyo de nuevo.
Como escritor:
He tomado nota de cómo caracteriza la “atmósfera”, que para Kate Morton siempre es un personaje más de sus novelas. También es más que correcta su manera de hilar la trama y la caracterización de los personajes; y los “indicios” los emplea bien. Es decir, en la novela los hechos relevantes para la trama no suceden por “casualidad”:
También he confirmado lo recurrentes y ruidosos que pueden llegar a ser los adverbios terminados en “mente” cuando se abusa de ellos. Creo Kate Morton se pasa tres pueblos con ellos (siendo consciente de que la obra original está escrita en inglés) y que hay formas más ricas de evitarlos y expresar lo mismo. Gabriel García Márquez, por ejemplo, no pone ni un solo adverbio terminado en “mente” en su genial obra “El amor en los tiempos del cólera”. Vale que no hay que llegar a tanto pero… ¡un poquito de por favor Kate!

GRACIAS POR TU LIBRO KATE MORTON.

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