Mis
reseñas:
“Las
horas distantes”. Kate Morton. Editorial SUMA. 2012.
“La
magnificencia de un rayo lo maravilló. Por unos instantes una luz plateada
alumbró el mundo que lo rodeaba – una gran maraña de árboles, un pálido
castillo de piedra en lo alto de la colina, el sendero serpenteante que se
abría entre los campos temblorosos-, luego todo volvió a teñirse de negro”.
Como
lector:
Me he entretenido. El
libro me ha transportado a Londres y a la campiña inglesa, y un sutil aroma a
Cumbres Borrascosas me ha venido a la memoria (eso sí, no más allá de “sutil”)
Misterio familiar. Varias
generaciones. Castillo incluido. Historia de amor (no cursi) y un enigma por
resolver.
El libro tiene su
largura, y quizás no me ha llevado a la velocidad que me hubiese gustado, pero
mantiene el suspense y el final está bien resuelto. En las últimas páginas el
ritmo se acelera, el nudo se desata y (más o menos) todo se resuelve. “Las
horas distantes” pueden estar bien para unas vacaciones (eso sí, por lo menos
de dos semanas J)
Bien es cierto que en mi
opinión no es una obra maestra y que las obras de Kate Morton comienzan a
“saber” a lo mismo (historia familiar con intriga con varias generaciones de
por medio y solución del misterio al final) Es como leer en varios libros la
misma historia pero con diferentes lugares y personajes. También ocurre con
Kent Follett y las obras que han seguido a “Los Pilares de la Tierra”. En fin,
para quién le guste, pues perfecto, porque no es mala escritora. Eso sí, yo,
por mi parte, tardaré bastante en leerme algo suyo de nuevo.
Como
escritor:
He tomado nota de cómo
caracteriza la “atmósfera”, que para Kate Morton siempre es un personaje más de
sus novelas. También es más que correcta su manera de hilar la trama y la
caracterización de los personajes; y los “indicios” los emplea bien. Es decir,
en la novela los hechos relevantes para la trama no suceden por “casualidad”:
También he confirmado lo
recurrentes y ruidosos que pueden llegar a ser los adverbios terminados en
“mente” cuando se abusa de ellos. Creo Kate Morton se pasa tres pueblos con
ellos (siendo consciente de que la obra original está escrita en inglés) y que
hay formas más ricas de evitarlos y expresar lo mismo. Gabriel García Márquez, por
ejemplo, no pone ni un solo adverbio terminado en “mente” en su genial obra “El
amor en los tiempos del cólera”. Vale que no hay que llegar a tanto pero… ¡un
poquito de por favor Kate!
GRACIAS POR TU LIBRO KATE MORTON.
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